Estrés
En nuestro cuerpo hay mecanismos de autocorrección, que nos mantienen en un nivel óptimo de lo que denominamos buena salud. estos mecanismos los controla una parte del cerebro y otra el sistema nervioso, este, dispone de mecanismos que aceleran o conservan la energía según nuestras propias necesidades.
Las personas somos las únicas que ante determinadas situaciones podemos crear un estado continuo de alerta, por largo tiempo, lo que nos lleva al ESTRÉS, esto se debe a que no estamos acostumbrados a esta tensión tan larga por lo que podemos acabar enfermando.
Existen varios tipos de ESTRÉS:
Por motivos físicos, provocado por excesos relacionados con nuestro cuerpo, agotamiento, dolores...
También provocado por excesos, pero de sustancias tóxicas, provenientes de los medicamentos, una mala alimentación, demasiado azúcar, alcohol...
Como consecuencia de la vida moderna, puede provocarlo las fuentes electromagnéticas que vienen con la electricidad, móviles...
También provocado por emociones fuertes recibidas a lo largo de la vida, perdida de seres queridos, tragedias...
El ESTRÉS crea una respuesta a través de nuestros pensamientos, tan importante que nuestro cuerpo reacciona como si el acontecimiento hubiera sucedido realmente.
Es como si nuestros pensamientos nos enfermaran y estos pasan a ser controlados por los sentimientos.
Así lo que debería ser una reacción a un momento concreto, se prolonga por horas e incluso días y pasa a ser nuestro humor, si perdura por más tiempo es el temperamento y si se instala permanentemente en nosotros pasaría a ser un rasgo de nuestra personalidad.
El ESTRÉS evita que podamos absorber la comida adecuadamente, también hace que la adrenalina que libera nuestro cuerpo, se malgaste y esto hace que al cerebro le falte una correcta activación y provoca la depresión.
El ESTRÉS nos saca del momento presente, si el pensamiento nos lleva al pasado es depresión y si nos lleva al futuro es ansiedad.
Este estado continuado de tensión también provoca que otros órganos pasen a trabajar mas de lo habitual, apareciendo un sinfín de enfermedades, colapsando los tejidos y acelerando el envejecimiento.
Ya antes de la concepción nuestros genes almacenan información de nuestros antepasados, durante el embarazo el feto está en contacto con la madre a través del flujo sanguíneo y si esta padece ESTRÉS, sus conductas le afectarán. Después del parto el entorno le influye enormemente.
Esto no quiere decir que esta situación no pueda cambiarse, con las condiciones adecuadas, se pueden activar los genes positivos, esto puede suceder en cualquier etapa de la vida.
Una gran parte de hábitos, comportamientos o actitudes no son otra cosa para nuestros propios pensamientos, en este momento hay un conflicto entre lo que hemos decidido mentalmente y lo que pide nuestro cuerpo.
Afrontar un cambio es difícil, tememos lo desconocido y no todos llegamos a la meta.
En cuanto tomamos consciencia de nuestro estado y decidimos interrumpir este proceso, es cuando se rompe la inercia de este trastorno.
Hemos de tener en cuenta que tener un pensamiento, no significa que este sea verdad.
El siguiente paso es plantearnos lo que queremos para nosotros y trabajarlo mentalmente y a menudo, de esta forma el cerebro se reorganiza para captar nuestros esfuerzos y sacarnos a flote, ello nos llevará a experimentar como el entorno responde a la mente y esta nos atrae una nueva vida, equivalente con esta nueva mente.
Si de verdad lo queremos, podemos conseguirlo.
Algunas de la técnicas utilizadas por mimasajista™© en el tratamiento y prevención del ESTRÉS:
Terapias Manuales con técnicas de masaje, , Crio-termoterapia, Stone Therapy, Acupuntura, Naturopatía, Terapia Floral de Bach, Fitoterapia, Homeopatía, Oligoelementos, Nutrición y Suplementación, Pilates, Preparación Física y Entrenamiento Personal.